(II)

Al señor T ya nada le inspiraba, probó la heroína pero ni así, al final se quedó viendo la puesta de sol y se le ocurrió una bella poesia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El señor T hizo su propio Viaje Interior más intenso, alucinógeno y colorido.
Me gusta breve, me gusta tu página.