larga espera

Las llaves cuelgan inertes de la cerradura,
la manilla horizontal y sigilosa,
espera estoica la mano
que la vuelva a sacar de su letargo.

la arcada de Noé

Con aquel vendaval, el arca zozobraba sin cesar, los excrementos y orines de los animales se juntaban por todas partes, Noé tubo un ligero mareo y una arcada precedió al vomito.

desde allí

En el sueño, una voz me decía:
- ¿Por qué insistís en continuar viviendo? con lo bien que se esta muerto.