mal recibido


Ayer fallecí, me atropelló un camión que por cierto se dio a la fuga, mi vida no era gran cosa , por lo que no me importó demasiado mi perecimiento. Lo que si me importa, y mucho, es mi situación en el cementerio; estoy, como es corriente, al lado de otros nichos, dentro de los cuales estan otros difuntos, a los que no veo, ni oigo, pero si siento, y se, que no he sido bien recibido.