la cabeza de mi mujer

El otro día abrí la puerta de casa y me encontré la cabeza de mi mujer encima de la mesilla del recibidor, tenía una expresión ausente, parecía que la cosa no iba con ella y por eso le exigí que se dejara de tonterías y que me hiciera la cena. Me dirigí al lavabo y me lave las manos y la cara, al volver observé indignado como la cabeza de mi mujer continuaba estática e inexpresiva, y sin ninguna explicación le di una bofetada que la transportó al suelo, ella impertérrita omitió hacer comentarios. Grité que ya no me quería, que estaba harto de sus excentricidades y que no estaba dispuesto a tolerar su desidia y su vagancia.

Justo después de pronunciar la palabra desidia sonó el timbre, era la hermana de mi mujer, que venía a dejar a su hijo para que se lo cuidáramos ya que ella se iba a trabajar al prostíbulo. Vi que bajaba el rostro y que su mirada se encontraba con la de mi mujer, le explique mi indignación por la actitud de mi hembra y me dijo que me entendía y que tenía que dar el paso: dejarla. Me despedí de ella y agobiado me ocupé de Jofre, le di su colacao y lo senté delante de la tele para que viera sus programas del corazón, este chico nunca había sido muy normal. Me fui a buscar una cerveza a la nevera, cogí el abrebotellas y a su lado vi un cuchillo con algo de sangre, en ese momento tuve un flash, en el que me veía yo cortándole el cuello a mi mujer, tal vez por eso ella tuviera la testa separada de su cuerpo, pero igualmente, eso no era motivo para no hacerme la cena... jodida golfa.

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